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Foto del escritorAlison Heartfilia

La ONU presenta un plan global para regular la inteligencia artificial y prevenir riesgos democráticos

La inteligencia artificial (IA) ha emergido como una herramienta con el potencial de transformar radicalmente las economías y mejorar la vida de millones de personas, especialmente en países en desarrollo. Sin embargo, la falta de una regulación adecuada también puede generar graves riesgos, como el debilitamiento de la confianza en las instituciones, la cohesión social y la democracia. Consciente de estas amenazas, el secretario general de la ONU, António Guterres, impulsó la creación del High Level Advisory Body on Artificial Intelligence (HLAB-AI), un órgano asesor de alto nivel sobre IA que busca garantizar que el desarrollo de esta tecnología sea inclusivo y seguro.


Este grupo, formado por 39 expertos de IA de 33 países, ha trabajado durante meses y recientemente presentó su informe final, titulado "Gobernar la IA para la humanidad". En este documento, el HLAB-AI propone siete medidas fundamentales para evitar los riesgos de la IA y asegurar que sus beneficios alcancen a toda la humanidad. Entre las principales preocupaciones se encuentra el hecho de que el desarrollo de la IA está concentrado en unas pocas empresas multinacionales y en unos pocos países, lo que podría dejar a la mayoría de la población sin voz en las decisiones sobre su implementación.


Uno de los principales problemas que destaca el informe es la ausencia de un marco global que regule el uso de la IA. Actualmente, solo siete países (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos) están involucrados en todas las iniciativas regulatorias internacionales sobre IA, mientras que 118 países, en su mayoría del Sur Global, no están participando en estos esfuerzos. Esto genera una gran disparidad en cómo se desarrollan y aplican las tecnologías de IA, dejando a una gran parte de la población mundial fuera de la toma de decisiones.


Para corregir esta situación, el HLAB-AI propone una serie de medidas clave. Entre ellas, destaca la creación de un panel científico internacional que proporcione conocimientos confiables sobre la IA y ayude a los Estados a desarrollar una visión común sobre esta tecnología. Este panel también abordará las asimetrías de información entre los laboratorios de IA y el resto del mundo, y publicará informes anuales sobre las capacidades, los riesgos y las tendencias emergentes.


Asimismo, el informe sugiere la creación de un marco global de datos que garantice la transparencia y la rendición de cuentas en el uso de la IA, y propone el establecimiento de una pequeña agencia de IA dentro de la ONU para coordinar estas iniciativas.


Hildegunn Kyvik Nordås, profesora en la Universidad de Örebro, advierte que las sorprendentes capacidades de la IA han generado preocupaciones sobre el futuro del trabajo, la democracia e incluso la humanidad. A pesar de que las tecnologías más avanzadas de IA, como la Inteligencia Artificial General, aún están a décadas de distancia, la investigadora señala la necesidad urgente de establecer sistemas de gobernanza eficaces para regular su desarrollo.


El informe del HLAB-AI y las voces de los expertos subrayan la importancia de una regulación global que permita maximizar los beneficios de la inteligencia artificial sin dejar a nadie atrás, y sin poner en riesgo los valores fundamentales que sustentan nuestras sociedades.





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