El país latinoamericano se destacó sobre China en 2023 al convertirse en la principal fuente de bienes importados por Estados Unidos. Durante ese año, las importaciones desde México hacia la primera economía mundial registraron un incremento del 5%, alcanzando la notable cifra de 475.000 millones de dólares. Este crecimiento acentuó la disminución de las importaciones chinas, que experimentaron un descenso del 20%, subrayando así la compleja dinámica entre Beijing y Washington.
Por primera vez en dos décadas, Estados Unidos adquirió más bienes de México que de China, representando los productos mexicanos un 15,4% de las importaciones estadounidenses, en contraste con el 13,9% de los productos chinos. Esta tendencia refleja la estrategia de distanciamiento económico del Gobierno de Joe Biden respecto a China, buscando reforzar vínculos con aliados considerados más afines, una política conocida como "friend-shoring" y "nearshoring". Este cambio se enmarca en el contexto de tensiones históricas entre ambas potencias, agravadas durante la pandemia de Covid-19, cuando las cadenas de suministro se vieron afectadas y China intensificó sus controles bajo la política de "cero Covid", proporcionando a México una oportunidad estratégica como proveedor alternativo.
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